jueves, 29 de octubre de 2015

Comentario del texto “La pedagogía del siglo XX”



Es Interesante como éste artículo extraído de una enciclopedia del siglo pasado sigue teniendo conceptos, argumentos, historia, que en la actualidad no ha cambiado. Los problemas de antes siguen siendo los de hoy porque nos hemos preocupado más por corregir lo superfluo, por satisfacer nuestros caprichos y necesidades físicas en vez de lo moral y espiritual que es lo que más importancia tiene y mayor cambio produce.
Al corregir o alcanzar lo que queremos en el interior de cada uno podemos expresarlo, enseñar a los demás el camino hacia el verdadero cambio. Sin embargo, pensamos primeramente en lo que los demás ven de nosotros para luego actuar conforme a cómo queremos que ellos nos califiquen.
De esta forma, vemos como hemos caído en la vanidad no sólo en cuanto a la belleza sino también en la vanidad económica, la vanidad del poder, entre otras, lo que nos ha llevado a siglos sin mayor cambio en la educación excepto por la evolución tecnológica y el implemento de esta en el estudio conservándose las metodologías, los temas, creencias y didácticas.
Y es cierto que nos volvemos esclavos de las máquinas, como dice el autor. Palpable ejemplo vemos hoy con  los smartphones ya que hemos creado una generación de idiotas, que desde niños (sin necesidad) vive sometida a las pantallas, a las redes sociales, a los selfies con poses predeterminadas y demás, dejando de lado vida real, la interiorización, la evolución de la integridad.

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W. M. JACKSON, Inc., Editores. México D. F. Tomo XI. Enciclopedia Práctica Jackson: Conjunto de conocimientos para la formación autodidáctica. Pág. 122 – 132.

lunes, 14 de septiembre de 2015

El sexo no hace la diferencia

En todas las sociedades existe una estructura que determina las características, el desempeño, las tareas, actividades que se espera debe realizar cada persona según su género. Por ejemplo, en nuestra cultura, los hombres son generalmente los que asumen un papel político, mecánico, de jefes, y las mujeres de enfermeras, amas de casa, profesoras, niñeras.

El género femenino o masculino, son las atribuciones sociales, creencias y demás que se construyen en cada cultura según el sexo de las personas. Y se determina según las características físicas, biológicas, anatómicas y cromosómicas con las que nacemos y que son hasta cierto punto inmodificables.

De aquí que al nacer una niña, se le inculca desde pequeña a participar de las labores del hogar, a ser tierna, arreglarse, a jugar a la mamá y de esta forma se le induce a la vida adulta. Lo cual al momento de ella reproducirse, transfiere en la educación a su hija, por lo que este rol se va multiplicando de generación en generación.

A los niños en cambio, se les enseña a ser fuertes, a jugar a los carritos, a no llorar ni demostrar debilidad, a tomar decisiones, etc. Y en la medida que estos niños crecen sus creencias, la información que les fue dada sobre su género, va afianzándose, ampliándose, llenándose de nuevos razonamientos, argumentos, según el medio en el que se desenvuelvan.

Es por esto que existen múltiples ideas respecto a este tema. Debido a que entre más sociable sea la persona, entre más se haya relacionado con diferentes culturas, pueblos, ciudades y países, entre más se haya instruido; su opinión o su aprendizaje sobre equidad y rol de género será más abierto, más sólido y diferente del común. Así como el Dr. Alberto Soler comenta en su blog:

Quiero que mis hijos crezcan sin saber si planchar es cosa de hombres o de mujeres. Que no sepan si los baños son cosa de su padre o de su madre. Que no asocien la cocina con el feudo de nadie, ni tampoco la aspiradora, doblar ropa u ordenar los armarios. Que acudan con más o menos igual frecuencia a uno o a otro para dormir, para contar sus confidencias, para jugar o para enfadarse. Que no haya un “jefe” de la casa sino que todos convivimos del modo más feliz posible.”[1]

Hoy en día, los hombres y las mujeres, más en teoría que en la práctica, tenemos los mismos derechos y nos regimos bajo las mismas leyes en la sociedad sin embargo no todas estas normas las respetamos por lo general hacemos valer los reglamentos según la conveniencia que tengan estás para nosotros o para las personas que pertenecen a nuestro núcleo familiar pero no cuando lo que es mejor para otros nos resta beneficios.

Pero ¿Cuál es el rol que debe ejercer cada sexo para lograr una igualdad de género? Para mi concepto el rol no debería tener una estructura debido a que las situaciones que vive cada familia son diferentes dependiendo el lugar socio-económico en donde viva y las condiciones imprevistas que puedan suceder.

La equidad de género para mí, radica en que tanto hombres y mujeres puedan realizar las mismas funciones en el hogar y el trabajo según la necesidad y el querer que se tenga, sin embargo esto no significa que toda familia ejerza de la misma forma las actividades de otra. Coloco el siguiente ejemplo para hacerme entender mejor ante la variación de las situaciones de una familia y el roll que adaptan según los cambios:

María y Juan son esposos y tienen un hijo, ellos deben mantenerlo, darle educación, alimentación, entretenimiento y dedicación, en su casa deben pagar las cuentas de servicios públicos, el arriendo, la alimentación, realizar el aseo, cocinar, pintar las paredes anualmente, mantener el orden. Juan perdió su trabajo y María estudió derecho pero aún no lo ha ejercido por cuidar a pedrito, su hijo, de tres años.

No obstante, después de 4 meses de desempleo del esposo, a María le sale una oferta laboral para desempeñarse como auxiliar de derecho. María toma la oferta laboral para desempeñar su rol profesional y ayudar económicamente a pagar las cuentas de su hogar, mientras que Juan se queda en casa cuidando a pedrito, haciendo los quehaceres del hogar y buscando trabajo debido a que el salario de su esposa no alcanza para hacer una buena compra de comida mensual, ni pasear los fines de semana.

Luego de un año, Juan encuentra un trabajo bien remunerado y decide junto con María contratar a un niñero para pedrito mientras ellos están laborando. Los fines de semana María y Juan se dedican a asear el hogar, salir con su hijo, ir de compras y compartir tiempo en familia. Al cabo de seis meses, María renuncia a su trabajo porque en la casa no hace falta dinero, ya que con el trabajo de su esposo se cubren las necesidades y queda para ahorrar, pero siente que hace falta compartir más tiempo con su hijo. Por lo que despiden al niñero y queda ella a cargo. Los fines de semana Juan ayuda a lavar la ropa, sacar a pedrito al parque, etc.

Llegó diciembre y a María le ha salido un trabajo en el que podrá realizarse como la profesional que soñó y además le pagaran casi el doble de lo que juan gana. Ese fin de semana antes de entrar a trabajar, Juan, María y Pedrito pintan la casa, tomando turnos entre los adultos para hacer la comida, cambiar, dormir y alimentar a pedrito, etc.

Durante la temporada de acoplamiento al trabajo de María, ella llega muy cansada al hogar, el niño lo cuidan sus abuelos porque el niñero ya tenía trabajo, así que Juan esta en busca de una niñera o niñero que se encargue de pedrito mientras ellos trabajan. Cuando llega la noche, Juan realiza la cena para los tres y acuesta al niño. Al amanecer María realiza el desayuno y entre ambos padres dejan instrucciones a la niñera nueva... Los fines de semana realizan labores domésticas entre los dos padres y pagan las cuentas del hogar entre ambos.

Al llegar febrero, Pedrito inicia clases y Juan decide dejar de trabajar porque María está realizando su sueño laboral y además el dinero que ella gana alcanza para todas las necesidades del hogar, para entretenimiento y ahorro. Así que él le dedica sus días a su hijo con las tareas, la crianza, el aseo, la alimentación; realiza las compras del hogar, hace el aseo general diario, lava, entre otros quehaceres, y los fines de semana María lo ayuda en la cocina y algunas actividades domésticas.

Cuando Pedrito tiene 12 años, ha visto que mujer y hombre deben contribuir al bienestar y mantenimiento del hogar, que no importa el sexo, si no hay alguien que realice las labores y pague las cuentas, la casa se cae. Que las responsabilidades son por igual, no le corresponde a un género más que a otro, sino a ambos equitativamente y por lo tanto él  cuando forme su hogar contribuirá  en lo que haga falta sin que se lo pidan, sino porque sabe que también es su responsabilidad y deber.

Lo que quiero expresar con este ejemplo, son varios puntos:

·         Las personas normalmente no trabajamos porque queremos, sino porque necesitamos sobrevivir digna y cómodamente. Tener dónde vivir, qué comer, qué vestir, agua... Y todo esto nos lo da el ingreso que recibimos a cambio de un trabajo realizado.

·         Ejemplo: Si una familia sobrevive del trabajo de la mujer como independiente y esta mujer se enferma y no puede realizar su labor por 40 días, y el hombre está en la capacidad de llevar a cabo este trabajo, así sea el de venta de empanadas en una esquina. Él puede hacerlo y debe hacerlo, porque también es el ingreso de él, es con lo que él y su familia están sobreviviendo y es el negocio de su esposa que no debe dejar que se acabe o le creen competencia porque luego la economía de su familia caería en crisis.

·         No es necesario que hombre y mujer de una familia trabajen, a menos que así lo quieran y no tengan hijos. O prefieran dejar a sus hijos al cuidado de otros.

·         Mantener el cuidado de una casa es deber de hombre y mujer, por lo tanto si uno falta el otro debe cubrirlo sin importar la actividad o deber que sea. Como dice el Dr. Soler “Los hijos, al igual que las tareas domésticas, no son el patrimonio de nadie: ni pertenecen a la mujer ni pertenecen al hombre. Son responsabilidad de ambos.”1 y también “…¿Y qué es “de modo equilibrado”? Ese equilibrio no implica en (casi) ningún caso un reparto 50-50, sino más bien una adaptación flexible entre la disponibilidad de los miembros de la familia y las tareas que se requieren. Pensemos por ejemplo, qué injusto sería un reparto de tareas 50-50 en un caso en el que la mujer llegara a casa a las 20:00 después de 12 horas de trabajo, y su pareja llevara desde mediodía en casa. Un reparto “mitad tú, mitad yo” sería tremendamente injusto. E igual a la inversa.1

Estos puntos son lo que en mi concepto representa la equidad de género. Es el mantenerse abierto o dispuesto a relevar a mi compañero o compañera de vida en una actividad cualquiera que sea que haga falta para cumplir con el deber del hogar o el trabajo en el que ambos de alguna manera estemos implicados.

Por otro lado y saliendo del ámbito familiar, la equidad sería que todo joven esté capacitado(a) para realizar un trabajo, sea profesional, técnico, tecnólogo, o sea un conocimiento informal que sirva para desempeñarse en una función laboral que desee.

Esto porque a futuro podrá o no formar un hogar y según la necesidad de este deberá estar en condiciones para colaborar en la generación de ingresos para subsistencia de su familia o del lugar en el que viva.

La igualdad de género sería que tanto hombres como mujeres pudiesen realizar sin prejuicios, sin obligaciones y sin ataduras, deportes, música, religión, política, actividades comunitarias, sociales, recreativas, profesionales, del hogar, entre otras.

Y no es que todos estemos en la obligación de hacer lo que nos han inculcado de generación en generación, porque esto es lo que vuelve atadura una realización personal o desempeño laboral. La equidad sería que así como nuestros padres pudieron realizarse de la forma como quisieron y que ambos compartían las responsabilidades del hogar, de la misma forma libre, nosotros pudiésemos elegir qué queremos para nuestras vidas, así la actividad sea diferente a la de ellos, o así sea solo el quedarse a ayudar en los trabajos de la casa. Porque eso no está mal, siempre y cuando no falte ingreso en el hogar y esas sean las aspiraciones de quien lo hace.

Sin embargo, sabemos que esto no es así en nuestra actualidad… Antes el hombre se iba diariamente de la casa a trabajar para llevar dinero y suplementos necesarios al regresar al hogar, mientras la mujer se encargaba de los oficios, la alimentación y los hijos. Pero con el paso del tiempo, ella quiso estudiar, trabajar y hacer oficios de la misma forma como los hombres lo hacían y ellas lucharon hasta lograrlo.

Hoy en día, hay mujeres piloto, mujeres que pueden estudiar cualquier carrera profesional o técnica y realizar las mismas labores que los hombres realizan. Mas esto ha hecho que los niños crezcan en un lugar mayormente abandonado por sus padres ya que éstos últimos se dedican gran parte de su diario vivir a su desarrollo profesional y social. Salen de casa temprano a trabajar y luego sino están realizando algún postgrado, dan paso a las reuniones en las que se enriquecen de contactos que puede les permita cerrar un nuevo negocio o lograr un objetivo personal. Los niños son criados por niñeras, abuelos o hijos jóvenes que se encuentran en la etapa estudiantil… Es por esto que la sociedad ha cambiado drásticamente, los jóvenes no respetan a sus padres no les dan gran importancia a la familia y mucho menos a ellos, han desviado su camino de las acciones responsables porque no tienen una figura de autoridad que les guíe con ejemplos en su crecimiento…

Es una de las desventajas como consecuencia a la lucha de la igualdad de género, un desbalance en el tiempo que se le dedica al hogar versus al trabajo.

El hombre sigue trabajando y aportando al hogar pero no sólo de forma económica sino también en roles del hogar pero en forma paulatina debido a la tradición cultural que lleva consigo y la mujer en su ánimo por demostrar que ella puede hacer más se ha llenado de responsabilidades y cargas que a la hora de la verdad hacen que se desgaste fácilmente y no cumpla con su deber excelentemente. Hay un refrán popular muy sabio que dice “El que mucho abarca, poco aprieta[2] y esto aplica para muchas de nosotras como consecuencia de lo que hemos logrado y que no es el ideal.

Aún falta mucho por aprender, por razonar, para llegar a algo similar al ejemplo comentado anteriormente. Porque al copiar lo que hacen nuestros antecesores nos estamos limitando a repetir sin ver realmente lo que estamos haciendo o hacia dónde vamos.

Para finalizar, la equidad consiste en dividir por igual las responsabilidades, el tiempo, los conocimientos, las cargas del trabajo y el hogar, sin importar el sexo. Y esto trae como consecuencia una carga más liviana, tranquilidad y por ende armonía y felicidad.  Porque el que parte un problema en pedazos más sencillos para resolverlos uno a uno, poco a poco, lo logra más fácil y rápidamente, como dijo una vez el célebre Julio César “Divide y vencerás”, y como el dicho popular “dos cerebros piensan mejor que uno.”... Entonces ¿Qué es lo que nos detiene para alcanzar una real igualdad? ¿Nos da pereza ser felices?.

BIBLIOGRAFÍA.

§   http://definicion.de/equidad-de-genero/
§   http://definicion.de/rol-de-genero
§   http://www.unesco.org/new/es/education/themes/leading-the-international-agenda/education-for-sustainable-development/gender-equality/
§   http://www.ifad.org/gender/glossary_s.htm
§   IICA; CL-05; Campos, Celsy (Compiladora); desarrollo rural con equidad de género. Londrina, Brasil; PROCODER, IICA, IAPAR, 1994. 210p (IICA: Serie de Ponencias, Resjltados y recomendaciones de Eventos técnicos) ISSN-0252-4746
§   http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/ayudar-el-hogar-aumenta-el-riesgo-de-divorcio-articulo-377869



[1] Soler Sarrió, Alberto. Yo no ayudo a mi mujer con los niños ni con las tareas de casa [En línea]. España 2015. Disponible en: http://www.albertosoler.es/yo-no-ayudo-mujer-los-ninos-tareas-casa/
[2] http://cvc.cervantes.es/lengua/refranero/ficha.aspx?Par=59420&Lng=0