martes, 21 de junio de 2016

Bogotá

Un sentimiento de libertad viene a mi cada vez que voy a esta ciudad...
De alguna manera, el estar sola, lejos de la familia, ciertos amigos, lejos de la monotonía del trabajo y clientes... Me hace sentir más tranquila, con menos peso encima.

No los extraño.

Extraño sentir que tengo a alguien con quien siempre puedo hablar, decirle lo más mínimo y/o lo más ridículo que  se me pasa por la mente. Extraño los abrazos, el compartir con alguien una caminata, una comida, una película, un momento de habladuría...

Extraño no tener quien me cuide cuando enfermo...

Siento que cada vez que vengo a Bogotá se me renueva la piel, tal cual como si fuera una serpiente... A veces, siento como si no me fuera a ir de aquí a pesar de tener tiquete de vuelta comprado... Una parte de mí se queda aquí, pendiente... A la espera de que vuelva...

Soy yo mayor, yo la que toma decisiones, yo la que disfruta, yo la que comparte... Y yo la que, a pesar de todo, esta sola.

Eres tú quien me llama a este lugar y sus miles de posibilidades.


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