Se acercó corriendo hacia mí, con los brazos abiertos, se acurrucó en mi pecho, moqueando y llorando como a quien le parten el corazón, me dijo:
“Mi mamá me pegó…”.
“Mi mamá me pegó…”.
Y mientras acariciaba su cabello y la calmaba, me abrazaba con aquella cosa… tan inocente, tan sincera, tan pura…
…Le dije: “Es que hay que hacerle caso a mami” y alzó su cabecita, me miró a los ojos y me dijo: “¿hay q hacerle caso a mami?” – Con aquel tonito de muñequita q solo ella tiene – y asentí.
Ahí nos quedamos abrazadas por minutos, me sonrió y me llamó con la boquita para darme un besito.
Bastó eso para darme cuenta que sí, los niños joden mucho, pueden ser asquerosos, pueden arruinarte el bolsillo, perderte o dañarte las cosas q conseguiste con esfuerzo, y arrebatarte la buena vida de paseos, fiestas y aventuras q llevabas… pero momentos como ese, son invaluables, hacen q todo valga la pena… es una maravilla que NO encuentras en ninguna persona, o lugar… es regocijante, es algo que llena tu alma, es un tesoro. (Suena a cliché, pero acabo de entenderlo).
Hoy, antes de salir de casa al trabajo, se me dio por pasar a su cuarto a despedirme de ella. Asomé la cabeza con cuidado, y me dijo: “Mamiiii!!!!” mientras corría hacia mi, al tenerme cerca me miró como diciendo: “Tu no eres mi mami”. Yo le dije: “Me voy, chao”, a lo que respondió con una sonrisa: “Chao!”.
Después de todo, si la vida lo quiere, sí tendré hijos... cuando sienta que he aprendido, disfrutado, y conocido lo suficiente para dedicarme a otro ser.
Después de todo, si la vida lo quiere, sí tendré hijos... cuando sienta que he aprendido, disfrutado, y conocido lo suficiente para dedicarme a otro ser.
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