lunes, 11 de octubre de 2010

Control

Nuevamente  me encuentro en mi penumbroso trabajo, esta vez escuchando música de coctel auspiciada por una de mis compañeras, “la madre”…
Esta vez pensando en aquellos sentimientos que atormentan y en lo bueno que sería no abrirles la puerta cuando te tocan el timbre… lastimosamente el agua se cuela por todos lados.. “transpira”…
Sí… a veces es mejor no ver para no sentir, pero esta ola de vidas publicas que patrocinan las redes sociales hace difícil para el curioso o simplemente para el q ve, que no se lea, se mire o se escuche algo que activa ese retorcijón del estomago (si es leve), las ganas de ir al baño (si es medio), o la fastidiosa impotencia de no hallarse en ningún lugar por el sentimiento o las post-películas ficticias armadas (si es fuerte).
Y luego de eso q? el refugio. Se encuentra donde están los amigos generalmente,  o donde se alcance a llegar a un nivel de tranquilidad aceptable rayando al límite del olvido momentáneo… 
Nuevamente la vida es normal… hasta que se cruzan esas personas o cosas, como las redes sapas, que traen a la memoria los bits de la interfaz q atormenta (el recuerdo)… es un ciclo repetitivo, un loop que termina si y solo si encuentra un break de cambio, voluntad y firmeza.

Aumenta la cantidad de locos en el mundo... 

1 comentario:

  1. oye qué bonito ese final de sentimiento mezclado con lenguaje de programación.

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